martes, mayo 03, 2005

Automático del fin de la noche




La marabaunta me come los pies y mis pasos arden alrededor del fuego y recuerdo que dije con teclas sin alma palabras de azul distinto y quisiera que esto fuera un mensaje de bienvenida pero no lo es.

Duermo en mi maleta porque todo lo que siento es una maravilla y la ventana me trae los gritos de una ciudad que no puede dormir y miro por los balcones de los demás y me aburro de la hostia y veo sus televisiones y me entran ganas de saltar hacia sus casas y apagarles.

Participo en exorcismos que me dejan lleno de demonios y no sirve de nada la katarsis y las frases se acumulan como meteoritos que a nadie le golpean y tendría que borrar el 98 por ciento aunque es tan bueno que deberían darme un oscar pero nadie me da un oscar ni un premio al valor ni una medalla que enseñar a mis nietos al calor del hogar.

Por eso me escondo mientras fumo tres cigarrillos a la vez y tengo que dejarlo pero me han dejado sin fuerzas para dejarlo y tengo que seguir aquí como un idiota sin pensar como un hombre de principios de siglo en automático.

No hay comentarios: