épica esperpéntica
los tejados y las antenas
los ojos pesados de mañanas enteras sin saber
qué hacer o a dónde dirigirme
días sin ritmo
busco en internet la manera de salir del país
hace un calor demencial
ocho de la mañana
desayuno papel mojado
busco en la red una nueva vida
las horas caen una tras otra
busco en mi sangre billetes de avión
empiezan los sudores fríos y las mandíbulas dolientes
las noticias se suceden
vivo en uno de los paises más ricos del mundo
atravieso fases de encuentros en la segunda fila
no me atrevo a mirarme a la cara
me acuso de miles de crímenes
no me atrevo a bajar para comprar antimosquitos y me comen los insectos
escribo los manifiestos del amanecer sin caminos
no hay nada que tenga que decirte o sea que cállate
escucho al helicóptero sobrevolar mi tejado
no hay esperanza para los lemmings de la sociedad del éxito
fracaso en mis intentos de convertirme en proletario del espectáculo
produzco en mi nevera una nueva generación de esporas
de los bostezos comienzan las cabezadas se me van los ojos
vivo en una pausa sin arrebatos
decido que cerraré los puños y caminaré sin treguas
abro las puertas a la intemperie
me despierto a través de las olas
busco maravillas y vendrán desastres
vengan con ellos los insomnios
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